«Por el alma se puede renunciar al mundo entero»
Mahabharata
¿De qué le valdrá al hombre ganar el mundo entero y perder su propia alma?
Tenemos en Sócrates un supremo ejemplo de defensa de la Libertad de espíritu, considerada más preciosa que los rubíes y el oro. Con palabras vibrantes de convicción y sentimiento, dice Sócrates: «Si proponéis absolverme bajo la condición de que abandone la búsqueda de la verdad, os diré: Os agradezco, oh atenienses, pero obedeceré a Dios, quien, según creo, me puso esta tarea, antes que a vosotros, y mientras tenga aliento y fuerzas no dejaré de filosofar».
La verdadera libertad comienza en la búsqueda de la puerta al “conocimiento de sí mismo”, y para ello tenemos la ayuda del Tiempo o y la ayuda de los más adelantados, que por amor y «avatares» de la vida, han llegado a ser nuestros Maestros. Estos adelantados son los que han logrado salir hacia afuera de sí mismos y por amor al prójimo nos ha dejado los peldaños necesarios para salir de nuestras esclavitudes.