Swami Vivekananda presentó el concepto de una Religión Universal ante el Parlamento, diciendo que sería una «… que no tendrá ubicación ni lugar ni hora; que será infinito como el Dios que predicará, y cuyo sol brillará sobre los seguidores de Krishna y de Cristo, sobre los santos y pecadores por igual; que no será brahmánica o budista, cristiana o mahometana, sino la suma total de todas ellas, y todavía tendrá un espacio infinito para el desarrollo; que en su catolicidad abrazará en sus brazos infinitos, y hallará un lugar para, todo ser humano…» Posteriormente, llegó a decir: «Lo que quiero propagar es una religión que sea aceptable para todas las mentes: debe ser igualmente filosófica, igualmente emocional, igualmente mística e igualmente conducente a la acción».

Una tarea difícil

Swami Vivekananda para el Parlamento Mundial de las Religiones





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